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Un suave murmullo mece mis pasos. Siete poemas de HIERBABUENA de Doris Bayly

En abril de este año, la editorial Intermezzo tropical publicó el libro Hierbabuena de la poeta y periodista peruana Doris Bayly, que recoge los textos de sus dos primeros poemarios retrete para huérfanos (1997) y chico de mi barrio (1998), a los que se suman el poemario inédito morir en lima y algunos poemas de sus cuadernos negro y naranja más poemas sueltos que corresponden a distintas épocas, según comenta la poeta y editora Victoria Guerrero en el sentido prólogo que abre el libro. Un apacible vaivén de agua fresca, un suave murmullo acompasó la lectura de estos poemas.

nueve


el fin del comienzo del fin


el tiempo para estar juntos ha terminado nuevamente / estoy buscando la vía de

acceso para ingresar a la carretera donde todo funciona bajo los códigos de la más

estricta normalidad


hay canciones que se escuchan sonándose los mocos otras que sirven para esquivar

el tráfico de la mañana


la soledad el miedo la angustia la incertidumbre por el atardecer al borde del

anatilado / quien sabe si j anda pálido y sin afeitarse porque el sida hace rato se ceba

con lo que desayuna almuerza come y sueña / como un espejismo / la luz de verano

sobre el asfalto y las veredas de cemento / como espejismo la vida se cuela deleznable

entre los dedos / el sida al fin y al cabo no es más que otro compañero en el camino /


insensible / el olor a café con leche y pan con matequilla a las seis de la mañana me

golpea hasta casi hacerme perder el equilibrio / en bicicleta sobre las calles a esa hora

cualquiera se estremece ante el difuso recuerdo de un hogar / tibio con el aroma de

voces tranquilas que se levantan a comenzar otro día sin asomarse a la ventana / nido

de palomas nido de ratas / del balcón a la calle a las cortinas entreabiertas / me / le

recorre la piel como


un escalofrío / para el estómago galletas y agua / a un día le sigue otro


si a la fragilidad de los primeros balbuceos con los que intento acercarme a ti le

sucede / un golpe o una caricia pueden ser igualmente dolorosos cuando no se espera

nada más / ¿por qué se atropellan las palabras en tus labios pequeña? / a nadie

inspiras / ni ternura ni / la realidad sigue girando a la misma velocidad del mundo

/ las puertas se abren y se cierran como todos los días en la oficina donde la gente

trabaja / trabaja trabaja de nueve a cinco sin pensar en nada / a la una de la tarde

sin pensar en nada la gente almuerza ordenadamente / hasta las cinco de la tarde

hora de marcar tarjeta / los años se suceden a los días hasta que la muerte nos separe

y alguien honre su recuerdo con un digno sepelio / y tú ¿todavía balbucenado? /

sacúdete


sacúdeme / despiérteme con espigas de trigo sobre la piel y troncos hirviendo el agua

para la sopa de mediodía / olor a leña mazamorra de chancaca y agua de canela para

pasar la tarde sin nadie que nos recuerde que en la ciudad a un día le sigue otro


y otro /


3. progreso / armas del planeta


en la actualidad existen cuarenta y tres armas biológicas

para que el hombre

enemigo del hombre

pueble la tierra de veneno


irak ha desarrollado al menos cinco de ellas

ántrax tifoidea botulismo micotoxinas cólera


en esta parte del continente

a nadie le interesa saber quién se ha ocupado de crear

las otras treinta y ocho

las esporas del ántrax se reproducen en la piel

pulmones intestinos y se introducen en el cuerpo

a través de heridas o inhalación


los hongos

reunidos en el conglomerado de las micotoxinas

causan dificultades respiratorias y abscesos por la inhalación de esporas


como el hombre

es tóxica la toxina


el botulismo se transmite a través de comida infectada

y causa vómitos estreñimiento

problemas de visión y parálisis


la tifoidea adelgaza

porque se presenta como una infección gástrica con fiebre


el cólera

mata


13. navidad


las velas sobre la corona de adviento, la cena

el rubor de los niños frente al árbol antes de abrir los regalos

el obligado afecto fa miliar

las preguntas sin respuesta las sonrisas el trago

y el delgado desamor hundiendo su filo dorado

bajo el estómago


nadie tiene prisa para mirar los ojos del otro


25. de sonámbulos


es oscura la niebla que me arropa / las sábanas que sujetan mis

miembros sin dejarlos partir

tiemblo al acostarme

¿estoy despierto o soy solo un recuerdo de mí mismo?

es tenue la niebla y ligera me lleva

al país de los sonámbulos donde nadie se queja de dolor de

desamor

de horror

el país de los sonámbulos ¿has visto qué verdes corren los ríos

amor

para alcanzarte?

qué azules son los campos / amalgama de zafiros jades esmeraldas

y frutos

de tersa piel

colgando de las ramas de los árboles / apetecibles

lustrosa la mirada que los codicia


estiro los brazos pero no puedo lamer el alma tuya oculta

tras el enmarañado pelambre que guardas en el pecho


y entonces la poesía oh suave espacio / mar

de los atormentados refugio me abre las puertas de su casa

sus brazos / espacio silente y regio donde siempre soy bien recibida

sin palabras sin voz sin nada

allí quieta / pez me quedo a su vaivén / meciéndose

de tan abstracto y transparente el cuerpo que allá va

a su merced

el alma descuidada

ida


26. compuesto/descompuesto


ii.


ríos

de lágrimas bajan de mis ojos

las mariposas se acercan a beber de los ojos de la taricaya

la angustia y el dolor entreverados en un plato de tallarines

¿has estado alguna vez hablando con el otro lado de aire?

es así. la dispersión es el mejor remedio contra la incoherencia. y

a nadie debes contarle, no lo olvides, de la fatiga de existir. o del miedo.

bajo las sábanas.

qué difícil es dejarte ir. qué difícil es dejarte ir. me estoy yendo

contigo no puedo dejarte ir me estoy saliendo de mí hacia ti me

estoy

yendo

y ya no sé bien qué quién soy qué difícil es dejarte ir.

quiero dormir sobre la parte izquierda de mi corazón. y morir.


27. las voces


regresando del frío invierno dejo estas palabras escritas antes de

partir / es cosa de seguir andando de no tener miedo / es cosa de

seguir amando

/ de no tener miedo / es cosa de seguir andando de no tener miedo

es dulce y tranquilo el camino del amor / la musica aclara las

tinieblas / el sendero espinoso comienza a quedar atrás / un suave

murmullo mece mis pasos / acurrucada me dejo llevar / otra vez

entiendo que me sigues esperando y que nunca dejaste de amarme

/ tu mirada sondeó el caos que me envolvía y

entendió lo que para mí ni siquiera tenía forma


29. final


a veces todo el desconcierto. la soledad. el miedo.

a veces nada

un gran silencio que aprieta la garganta.

pero no mata. no muero.

solo me paro de la silla. dejo de escribir.


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HIERBABUENA de Doris Bayly

[Intermezzo tropical, 2023]

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Doris Bayly Letts (Lima, 1962 - Máncora, 2022). Poeta, periodista y editora. Fue cronista sobre temas de cultura en los diarios La Prensa y El Mundo, y en las Revistas Oiga y Somos. Ha publicado los poemarios Retrete para huérfanos (1997) y Chico de mi barrio (1998), y ha editado los libros Mujeres del Perú (2019) y Máncora Blues (2022). El año 2019 creó la editorial Huerto Tamarindo. Amaba el mar, su familia y la poesía.

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