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Tres poemas para Rosa

Hoy, sábado 30 de agosto, se celebra en el Perú el Día de Santa Rosa de Lima, nombre que adoptó Isabel Flores de Oliva al iniciar su vida religiosa. Independientemente de nuestras creencias, el halo de misterio que la envuelve ha inspirado a más de un escritor a dedicarle poemas e incluso libros enteros. A continuación, compartimos una breve selección de tres textos peruanos contemporáneos en su homenaje. ¡Disfruten la lectura!


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Hagiografía de Santa Rosa


Pienso en el albatros que recuerda

la ruta accidentada de los ríos

que hasta aquí descienden.


Isabel Flores nunca conoció

el mar ni el agua

más allá de sus propios pozos.


La crueldad de las hagiografías

se revela

en el nombre de una playa

oculta entre los médanos del norte.


En esta glosa

la santa había llevado siempre

el oleaje irregular

que recibe a los ahogados

de los días de fiesta

y se alimenta

de los restos orgánicos

que dejan las criaturas varadas

cuando se acogen en su herida.


En esta apostilla

la santa no se castiga más

y cubre de arena fina

sus pocitos inagotables

de agua tibia,

muy fresca

para los mui muis

que le rezan.


María Belén Milla

Del libro Archipiélago (Celacanto Editores, 2016)


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Alumbrada llegaste

Hasta estos santos días

En que gracias a tu

Gracia yo te canto

Con solaz del corazón

Sanra Rosa de Lima

Sacra belleza


Dulzura & predicamento

En tu seno dadivoso

Yo me amparo / fiel

A tu liberación &

Al dominio de tu templo

En Tacna cerca al río


Grata siempre al Señor

Vencida la serpiente Amaru

Pudo renacer con Tupac

Ya no hubo mansedumbre

& tú en tu casa

Repetías los misterios

Del Calvario


Luz radiante de tu barrio

Por todo el ancho Mar del Sur

Creció tu fama con tu

Esposo unigénito ataviada

En todos los altares

Venerandam

Roger Santivañez

Del libro Santa Rosa de Lima (Hipocampo Editores, 2022)


Santa Rosa de la Av. Tacna


Cásate conmigo Jesús

que las rosas de la Av. Tacna

no importen mucho/


Solo tú/

que por casualidades de la locura

mis caminos a tu corazón

sean todos ciegos/

mis tristezas núbiles te desean/

y te miro, como cada noche,

es que no quiero más tranquilidad.

Cásate conmigo, Jesús

que las rosas y el tráfico de la

avenida Tacna no importen mucho

solo tú/

y que de repente por las casualidades

de tu corazón mis locuras

sean todas tuyas/


/Cásate conmigo, pequeña Rosa

haz de los azares de los días

unos pequeños evangelios,

distrae tus rubios cabellos, tu rostro blanco

en concupiscencias de oraciones/

mis vacíos de Dios

a veces te extrañan a la hora de la cena,

regresa conmigo, pequeña hija (31)

¿o es que a veces importan algo

las calles de la Av. Tacna?

¿las calles de la ciudad de Lima?

¿los caminos de esta vida?


Bruno Pólack

De (Alegorías hiperbólicas) o Las ruedas del beso de

Reinaldo Arenas (Paracaídas Editores, 2018)

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